Llamado de Charlotte Mason a Padres y Madres
Por Art Middlekauff
Este ensayo fue primero publicado en Essays on the Life and Work of Charlotte Mason, Volume 2 publicado por Riverbend Press ©2015 por el Instituto Charlotte Mason.
Traducido de “Charlotte Mason’s Call to Parents” al Español por Nat Leighton ©2017. Este artículo también está disponible en Charlotte Mason Online.
En los últimos veinticinco años, muchas familias y escuelas han hecho intentos de implementar las ideas de Charlotte Mason dentro de su programa educativo. Estos esfuerzos se centran típicamente en los elementos asociados con Charlotte Mason tales como libros vivos, narración y estudio de la naturaleza. Algunos profesionales de la educación contemporáneos van más lejos e imitan las técnicas exactas utilizadas en las escuelas originales de Mason, tales como llevar un registro diario y ejercicios de dictado. Sin embargo, Mason misma dice que tales herramientas de educación son inherentemente limitadas. Según Mason, la efectividad y la responsabilidad de la educación en última instancia reside en los padres. Mason caracteriza esta responsabilidad como un llamado a los padres y madres. ¿Cuál es la naturaleza y prioridad de este llamado? ¿Cómo se relaciona éste con la esencia de la educación y con el papel de las escuelas?, ¿Cómo pueden los padres responder a este llamado hoy?
La naturaleza de este llamado.
El principio fundamental del llamado de Charlotte Mason a los padres es que no es, de hecho, su llamado. En cambio, según Mason, es el llamado de Dios. Como muchas de las ideas de Mason, afirmó que no estaba inventando algo, sino más bien estaba descubriendo algo. El llamado de Dios a los padres es universal y vinculante, independientemente de que los padres sean conscientes de ello. Mason escribe, “Tenga mucho o poco conocimiento de la ley, ningún padre escapa a este llamado” (Mason, Vol. 5 p.10). Otros llamados pueden quizás ser delegados, pero el llamado a los padres es tan amplio que “éste no tiene ningún sustituto”.
Según Charlotte Mason, los padres son llamados a desempeñar un ministerio (oficio) profético. Un oficio es definido como “un deber, especial, cargo o posición” (Merriam – Webster, 1981, P – 790). Sólo Dios puede nombrar a alguien a un oficio profético. Los profetas de las Sagradas Escrituras fueron escogidos, comisionados y autorizados por Dios (2 peter 1:21). De la misma manera, los padres son asignados a esta labor específica:
“Es probable que los padres como grupo en la sociedad sientan más que nunca la responsabilidad de su oficio profético. Como reveladores de Dios a sus hijos son los padres que llegan al corazón de sus hijos” (Mason, Vol.2, p.41).
“La relación de los padres a sus hijos no es un accidente, sino un oficio real al cual ellos han sido comisionados para cumplir” (Mason, Vol. 5, p. 99).
Como profetas, los padres reciben instrucciones directamente de Dios sobre cómo llevar a cabo su oficio:
“Y este trabajo individual con cada niño, siendo el trabajo más trascendental en el mundo, es puesto en manos de los más sabios, más amorosos, disciplinados y divinamente instruídos de los seres humanos” (Mason, Vol.2, P. 50).
No es sorprendente que Dios proporcione capacitación directa para ‘el trabajo más trascendental en el mundo.’
Para Charlotte Mason, el ministerio profético de los padres asume un atributo sacramental. Charlotte Mason era cristiana de la corriente Anglicana (Iglesia Cristiana de Inglaterra) y los anglicanos definen un sacramento como “un signo visible de una gracia interior y espiritual” (Libro de Oraciones Cotidianas Book of Common Prayer, 1662, Catecismo). Así, un sacramento es un evento único que contiene dimensiones tanto físicas (“externas y visibles”) como espirituales (“internas e invisibles”). Según Charlotte Mason, los padres son el medio externo y visible para transmitir la gracia interna y espiritual a sus hijos:
“Observamos que Dios usa … padres sobre todos los demás, como vehículos para la transmisión de sus dones” (Mason, Vol. 2, p48).
“Toda nuestra enseñanza a los niños debe ser dada reverentemente, con el humilde sentido de que somos invitados en este asunto a cooperar con El Espíritu Santo; pero debe ser dado responsable y diligentemente” (Mason, Vol. 2, p48).
“[El padre (padre y madre)] no es más que el agente de Dios Todopoderoso, nombrado para traer los hijos bajo el Gobierno Divino” (Mason, Vol. 5, página 199).
Este es el lenguaje sacramental.
La Prioridad del llamado.
Si la naturaleza del llamado es divino, ¿Qué tan importante lo es? ¿Cómo se compara la prioridad de este llamado a las otras demandas y oficios de los padres? En el primer capítulo del segundo volumen “Padres e Hijos”, Mason incluye una interesante discusión de Jean Jacques Rousseau. En este capítulo Mason se esfuerza mucho por alejarse de La filosofía de Rousseau. Sin embargo, ella le atribuye un gran logro, diciendo: “Él volvió el corazón de los padres a los hijos, y dispuso a un pueblo preparado para el Señor” (Mason, Vol. 2, p.3), Mason aquí describe a Rousseau de una manera que parafrasea el último verso del Antiguo Testamento, así como el comienzo del Evangelio:
“El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (Malaquías 4: 6, LBLA)
“E irá delante de Él en el espíritu y poder de Elías para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto. (Lucas 1:17 LBLA)
Una señal del Evangelio de Cristo es que los corazones de los padres se vuelvan a los hijos. Cuando los padres siguen esta llamado, están cumpliendo el ministerio de quien prepara el camino para el Señor.
Mason resume la enseñanza de Rousseau del siguiente modo:
“Padres y madres, éste es su trabajo, y sólo ustedes pueden hacerlo. Está en sus manos, padres de niños pequeños, ser los salvadores de esta sociedad hasta mil generaciones. Nada más importa. Los pasatiempos a los cuales las personas se dedican hasta cansarse son juegos de niño ingenuo comparado con este asunto serio de educar a nuestros hijos de antemano a nosotros mismos” (Mason, Vol. 2, p. 2-3).
El contexto indica claramente que Mason apoya la opinión de Rousseau. ¿Por qué este trabajo es tan importante que “nada más importa”? La respuesta primaria es simplemente que los niños son merecedores:
“El cuerpo hermoso de un bebé es nada más que el escenario de una joya de tan asombroso valor que, al colocar a todo el mundo en una balanza y esta joya en la otra, el brazo de la balanza donde reposa el mundo sube por el sobrepeso de esta joya” (Mason, Vol. 6, p. 34).
La respuesta secundaria es que no hay sustituto para los padres. Como ya se ha dicho, el oficio no puede ser delegado. Los padres pueden renunciar a sus derechos parentales, pero no pueden delegar su unción sacramental:
“El Gobierno de los Padres no puede ser delegado … Un rey puede gobernar delegando; pero, aquí podemos ver la naturaleza exigente de las funciones de los padres; no puede tener delegados. Ayudantes puede tener, pero en el momento que los padres ceden sus responsabilidades y autoridad a otros, los derechos parentales pertenecen a esa persona y no a los padres” (Mason, Vol. 2, p. 10- 11).
Charlotte Mason describe la tragedia cuando los padres renuncian a sus derechos parentales y no cumplen con su cargo. Aunque cada niño es “una joya de tan asombroso valor”, (Mason, Vol. 6, pág. 34) algunos padres se enfocan en joyas de menor valor:
“Aún así, el padre o madre, ocupado con muchos otros compromisos, despierta para encontrar que su autoridad que ya ha fallado en su manejo se ha salido de su manos; tal vez ha sido recogida por otros menos aptos, y una hija es dada a cargo de una familia vecina, mientras padre y madre están en busca de raras impresiones” (Mason, Vol. 2, página 12).
Tenga en cuenta que Mason nombra explícitamente a madres y padres como los padres que están ocupados en busca de tesoros secundarios (“raras impresiones”).
Mason señala que los padres conscientes no deberían depender de las organizaciones benéficas públicas para proveer alimento para sus hijos. Y sin embargo la tragedia que ella observa es que los padres dependen de organizaciones benéficas públicas para darles su alimento espiritual:
“Que los padres cedan exclusivamente la educación religiosa de sus hijos a la
Escuela Dominical es, sin duda, tan injustificable como si les enviasen a tomar sus alimentos a un comedor público financiado por la generosidad de la comunidad” Mason, Vol. 2, p. 92).
Según Mason, la prioridad del llamado de los padres es primordial.
El llamado y la esencia de la educación
Charlotte Mason describe la esencia de la educación como “una atmósfera, una disciplina y una vida” (Mason, Vol. 6, prefacio.., xxix) Mason demuestra el papel fundamental de los padres en estas tres dimensiones de la educación. Dado que el llamado a los padres es la base para la atmósfera, disciplina y vida, podemos concluir que el llamado a los padres es fundamental para la educación.
La atmósfera es el primer instrumento de educación, y de acuerdo con Mason, la aplicación de este instrumento comienza con los padres:
“Esta atmósfera en la que el niño inspira sus ideas inconscientes de la vida correcta emana de sus padres” (Mason, Vol. 2, p. 36).
“La educación es una atmósfera, es decir, el niño respira la atmósfera que emana de sus padres; la de las ideas que gobiernan sus propias vidas”(Mason, Vol. 2, p.267).
La Atmósfera de la educación emana del padre y de la madre. No es algo que está programado como parte de la jornada escolar. No es algo que el padre/madre saca de la biblioteca personal al principio de una lección y luego lo guarda en su sitio cuando la lección se termina. No es algo que se crea en el aula. Es quienes son los padres. Eso que emana de los padres es la atmósfera de educación.
La Disciplina de la educación es la formación de hábitos. Una lectura superficial de los volúmenes de Mason sobre la discusión de hábitos puede sugerir que la formación del hábito es una actividad puramente física, científica, e incluso mecánica. Pero Mason describe la verdadera naturaleza de la formación de hábitos como lo siguiente:
“Permítanme ofrecer algunos consejos a padres que desean tratar seriamente con un mal hábito. . . Sobre todo, ‘vigila en oración’ y enseña a tu hijo dependencia de la ayuda divina en esta guerra del espíritu; pero, también, la absoluta necesidad de sus propios esfuerzos”(Mason, Vol. 2, páginas 175 – 176).
La formación del hábito es una guerra espiritual. Charlotte Mason llama a los padres a desarrollar hábitos dentro de sus hijos que son claramente espirituales por naturaleza:
“Para mantener a un niño en este hábito de la meditación en Dios –de modo que perderlo, incluso un poco mientras, es como volver a casa después de una ausencia y encontrar que nuestra madre no está en casa– es una parte muy delicada del trabajo de los padres” (Mason, Vol. 3, pág. 141).
Hábitos como estar continuamente meditando en Dios dejan una huella en el alma inmaterial, como también en la materia del cerebro.
Mason indica que los niños que han sido “bien educados” por sus padres son entrenados en “virtudes y gracias”. Mason clasifica estas virtudes y gracias como hábitos, y enumera los siguientes: “Diligencia, reverencia, dulzura, veracidad, prontitud, pulcritud, cortesía” (Mason, Vol. 2, página 237). Padres tienen que utilizar la disciplina de la educación para desarrollar estos hábitos en sus hijos.
La educación es una vida en “la presentación de las ideas vivas”, porque “la mente se alimenta de ideas” (Mason, Vol. 3, p. xxix). El deber y responsabilidad de los padres es presentar la ideas vivas y fundamentales a sus hijos:
“El destino del niño está regido por su padres, porque tienen el suelo virgen todo para ellos mismos. La primera siembra debe ser en sus manos… ¿Qué siembran los padres? Ideas”(Mason, Vol. 2, p. 29).
Esta siembra inicial debe ir seguida de una presentación en curso de ideas vivas:
“El deber de los padres es sostener la vida interior con ideas mientras sostienen su cuerpo físico con el alimento … Por la mañana siembra tu semilla, y por la tarde repite la tarea” (Eclesiastés 11:6a Biblia La Palabra Hispanoamérica BLPH)(Mason, Vol. 2, p. 39).
Mason invita a los padres a practicar la educación como una atmósfera, una disciplina, y una vida.
El Llamado y las escuelas
Si los padres tienen como fundamento los tres instrumentos de educación, entonces los niños deben ser educados exclusivamente en casa? No necesariamente. Mason afirma que la educación escolar es una alternativa viable a la educación en el hogar para niñas y niños. En cuanto a las niñas, afirma:
“La niña enseñada en casa puede, en circunstancias felices, sobresalir en entusiasmo intelectual y refinamiento moral; pero para hábitos de trabajo, poder de trabajo, conciencia esfuerzo en su trabajo, la niña de colegio está, por regla general, muy lejos de la muchacha que no ha experimentado esa disciplina escolar” (Mason, Vol. 5, p. 192).
Y con respecto a los niños varones, afirma:
“Los padres del joven genio probablemente le hagan un daño si no dan oportunidad de la formación escolar en hábitos de pensamiento claro y juicio correcto, así como en el invaluable poder de mantener relaciones con sus semejantes” (Mason, Vol. 5, página 326).
Por otro lado, la educación escolar es solo únicamente eficaz si está precedida y acompañada por una crianza efectiva:
“El punto para nuestra consideración es que el deber de los padres de educar a sus hijos no llega a su final cuando el niño entra en la vida escolar; porque está en sus manos complementar lo que es débil o falta en la formación de la escuela” (Mason, Vol. 5, p.193).
De hecho, según Charlotte Mason, la educación en la escuela y la educación en el hogar son cada una caracterizadas por sus respectivas fortalezas y debilidades:
“Podemos asumir de inmediato que la disciplina de la escuela es tan valiosa, que el niño o niña que crece sin ella está en una desventaja a lo largo de la vida; mientras que al mismo tiempo, la formación de la escuela hasta cierto punto es defectuosa que, dejarle todo a ella, formaría como resultado seres humanos incompletos e incompetentes” (Mason, Vol. 5, 193).
Es notable que Mason, quién trabajó mucho con las escuelas, describiría la formación escolar como “defectuosa.” Pero ella insiste que los padres están obligados a reconocer este hecho y actuar como corresponde.
Mason proporciona a los padres instrucciones en cómo compensar los defectos de la educación en la escuela. Ella describe en detalle lo que los padres deben hacer:
- Estar pendientes, animar y revisar los estudios de sus hijos (Mason, Vol. 5, pág. 196).
- Proporcionar a sus hijos una educación moral (Mason, Vol. 5, p.18 8).
- Desarrollar en los niños un corazón de gratitud, amabilidad y amor (Mason, Vol. 5, p.204).
- Asegurar que sus hijos tengan un tiempo privado diario para la devoción (Mason, Vol. 5, p.209).
- Capacitar a sus hijos en la cultura intelectual (Mason, Vol. 5, página 212).
- Leer en voz alta con sus hijos (incluso los niños mayores) (Mason, Vol. 5, página 220).
- Desarrollar el gusto poético en sus hijos (Mason, Vol. 5, página 226).
- Desarrollar el sentido estético en sus hijos (Mason, Vol. 5, página 232).
- Capacitar a los niños en los sentidos del gusto y el olfato (Mason, Vol. 5, páginas 187-188).
Los padres tendrían que invertir una cantidad de tiempo con sus hijos para llevar a cabo todas estas actividades de la manera que Mason prescribe. Es notable que Mason espera que todo este trabajo se haga en el entorno familiar fuera del horario escolar normal.
Llevar a cabo estas actividades necesariamente interferirán en el tiempo libre tanto de los padres como de los niños. Los padres pueden elegir enviar su niños a una escuela Charlotte Mason y luego dar a sus hijos rienda suelta a su hora de tiempo libre. Los niños pueden pasar cada tarde jugando videojuegos. Tal educación, sin embargo, no sería una educación a la Charlotte Mason. El llamado de los padres expuesto por esta educadora es practicar la atmósfera, la disciplina, y la vida durante el tiempo libre, incluyendo Domingos y vacaciones.
De hecho, Charlotte Mason presenta instrucciones claras a los padres para las actividades dominicales:
“Que el día sea lleno de especial interés y diversión. Una hora para leer en voz alta, cada domingo en la tarde, de un libro de gran autoridad e interés; y esta lectura en familia proporciona un estímulo intelectual”(Mason, Vol. 5, p. 211).
Tambien el domingo es el día para un tipo muy particular de poesía.
“Un poco de poesía bien podría formar parte: hay tiempo para asimilarlo el domingo; no sólo George Herbert, Vaughan, Keble y similares, pero cualquier poeta que alimente el corazón con sabias ideas sin perturbar demasiado la paz del día con el ajetreo de la vida y sus afanes” (Mason, Vol. 5, página 211).
Y es también un día para un tipo específico de música:
“La música en la familia es la mejor ayuda para hacer de los domingos un día agradable; pero aquí, nuevamente, es, quizás, mejor evitar música que se asocie con sentimientos que produzca emociones e intranquilidad” (Mason, Vol. 5, página 212).
Charlotte Mason espera que los padres, no las escuelas, expongan a sus hijos a este sabor de la lectura, poesía y música. Incluso las vacaciones deben orientarse hacia educación familiar. Mason dedica un capítulo completo sobre este tema, explicando que “todo el secreto de una fiesta de éxito [es que] la mente debe estar activa, incesante e involuntariamente comprometida con intereses nuevos y en constante cambio” (Mason, Vol. 5, página 132).
Mason insta a los padres a abstenerse de las clases y deberes escolares durante la vacaciones y dejar que la atmósfera, el entorno y la naturaleza provean la educación (Mason, Vol. 2, pág. 193).
A los Papás.
¿Hasta qué punto el llamado de Mason a los padres incluye a los hombres del hogar, los papás? Esta es una pregunta genuina por hacer. Un breve vistazo a las portadas de la libros sobre Charlotte Mason revela que la mayoría de ellos incluyen algún tipo de imagen de una madre y una hija. No soy consciente de un sólo libro sobre la vida o el trabajo de Charlotte Mason que incluya una foto de un padre en la portada. Este dato muestral puede sugerir que el llamado de Mason iba dirigido principalmente a las madres.
Sin embargo, otra muestra de datos concluye algo diferente.
El quinto volumen de Mason, Formación del Carácter, incluye la palabra padre (parent en Inglés, refieriéndose a papá y mamá) 280 veces, la palabra madre 260 veces, y la palabra padre (father refiriéndose al papá) 182 veces. Así que Mason se refiere a los padres colectivamente más a menudo de lo que se refiere a madres o padres por separado. El llamado de Charlotte Mason es para el papá y la mamá. Además, si hay 182 referencias a la palabra papá en un libro de 450 páginas, esto significa que papá aparece en casi cada página. Y no todas estas referencias al papá es generalizado. Por ejemplo, en un momento ella manifiesta explícitamente, “Las niñas a menudo les va bien cuando sus papás están involucrados en su educación” (Mason, Vol. 5, P – 192).
La discusión más larga de Mason sobre papás en particular se encuentra en el volumen 5 La Formación del Carácter. En este libro ella incluye una exposición de 65 páginas sobre la educación de Johann Wolfgang von Goethe. (El enfoque es tan largo que podría ser publicado aparte como un pequeño libro). En estas páginas, Mason describe cómo Goethe fue educado en casa por su padre:
“El padre del joven Goethe, quien encantado de poder enseñar, instruyó a sus propios hijos; y todavía hay ejercicios del muchacho (que se conservan en la biblioteca de Francfort Alemania), escritos en Alemán, Latín, Griego y Francés, escritos entre su séptimo y noveno año escolar. Estos ejercicios muestran que la manera de la instrucción fue inmediata y atractiva; cito una frase del padre de Goethe que quedó en su mente y trajo a memoria … [Goethe] Me parece que nunca han ido a la escuela, excepto en una ocasión, cuando nuestra casa estaba siendo reconstruída y tuvimos que enviarlos” (Mason, Vol 5, páginas. 306 – 307).
Johann Caspar Goethe planeó, diseñó y proporcionó la educación de su hijo desde casa.
El señor Goethe emanaba una atmósfera de educación. Esto comenzó con su propio gusto por aprender:
“El amor del padre de Goethe por la lengua italiana, y todo lo concerniente a esa tierra, era sin reservas. A menudo mostraba una pequeña colección de canicas y objetos naturales que había traído con él” (Mason, Vol. 5, página 314).
“Toda una serie de obras hermosamente forradas de poetas… que el padre leía constantemente y conocía bien, y también lo hacía el niño, que podía recitar muchos pasajes para el placer de sus mayores” (Mason, Vol. 5, página. 327).
El padre también se deleitaba en su hijo:
“Los talentos del niño en el lenguaje y la retórica eran muy apreciados por su padre”“ (Mason, Vol. 5, página 318).
La educación en el hogar era evidentemente la pasión, pasatiempo y quizás incluso vocación del padre de Goethe. Mason relata varios ejemplos de la la diligencia del padre, incluyendo:
- Localizar y contratar a un profesor de francés para su hijo (Mason, Vol. 5, página 336)
- Comprar un Antiguo Testamento interlineal para su hijo (Mason, Vol. 5, página. 342)
- Continuar practicando el idioma Inglés (además de otros idiomas) después de un curso introductorio (Mason, 1989b, página 339) .
En resumen, ason dice que el éxito de La educación de Goethe se debió al “esfuerzo incansable de su padre”(Mason, Vol. 5, página 357).
Me encantaría ver un nuevo libro sobre Charlotte Mason con una foto en la portada que muestra Johann Caspar Goethe con su hijo Johann Wolfgang. Mason nos hace imaginar un mundo donde los niños les encanta aprender. Pero ella también nos llama a un mundo donde los papás aman aprender, y donde los papás aman enseñar.
Respondiendo al llamado.
Dada la naturaleza, la prioridad, el alcance y los aspectos del llamado de Charlotte Mason a los padres, ¿cómo pueden los padres responder a este llamado hoy?. Sospecho que el mayor desafío para los padres hoy es encontrar el tiempo para invertir en estas actividades. Quizás nosotros pensamos que el desafío del tiempo es un fenómeno moderno. Podríamos pensar que los padres que Mason abordó tenían más tiempo para dedicar a la educación.
De manera interesante, Mason era consciente de que los padres eran personas ocupadas y que no era fácil encontrar tiempo para realizar las actividades que ella sugirió. De hecho, ella lo describió como un problema contemporáneo:
“Sí, pero ¿dónde está la madre para tener tiempo en estos días para llevar a Henry a su tratamiento especial? Ella tiene otros hijos y también otros deberes, y simplemente no puede entregarse por un mes o una semana a un solo niño” (Mason, Vol. 2, página 87).
Mason ofrece una solución:
“Si el niño estuviese enfermo, y en peligro, no encontraría la madre tiempo para él? ¿No tendrían otros deberes que esperar, para dedicarle tiempo a su pequeño hijo, quien es el objetivo principal en ese momento?” (Mason, Vol. 2 página. 87).
Mason señala que algo relacionado con las crisis es que nos ayudan a entender lo que es realmente importante en la vida. Cuando un niño está enfermo o en peligro, él o ella se convierte en el principal objeto de la vida.
En una ocasión fuí invitado a hablar a una pequeña reunión de hombres, varios papás estuvieron y les dí a ellos un pensamiento en forma de ejercicio: ¿Qué harías si tu hija estuviese muriendo de una rara enfermedad en la sangre necesitando transfusiones diarias, y sólo tu, el padre, tuviese el mismo tipo de sangre que le permitiría a ella sobrevivir?. Si se requirieran dos horas al día para las transfusiones durante el cual tienes que sentarte a su lado en el hospital, ¿podrías manejar la situación?
Ninguno de ellos me dijo: “No, no puedo hacer eso…” Nadie dijo: “Mira, Los lunes en la noche voy a los partidos de fútbol, los martes en la noche tengo una reunión con la junta directiva, y el miércoles por la noche ya estoy muy cansado después del trabajo, y es mi único día de ir temprano a la cama. Los jueves en la noche es mi tiempo de lectura. Los viernes en la noche por lo general hago algunas reparaciones en la casa. Los sábados en la noche, por supuesto, comparto con mis amigos. Así que no, no creo que funcionaría”. De hecho, personalmente no he conocido a un hombre y padre cristiano que diga que no podría dar dos horas al día para su hija si supiera que la vida de ella depende de esas dos horas.
Y ahora, ¿qué hay de la vida espiritual? Papá hombre de la casa, tus hijos no necesitan tu sangre, necesitan tu corazón. Tus hijos necesitan algo que sólo usted puede proporcionar. Tu tienes el oficio profético. Eres el agente de Dios Todopoderoso para traer tus hijos bajo El divino gobierno. No hay sustituto. ¡Por favor! alimenta a tus hijos con las ideas que sustentan sus vidas.
La administración del tiempo también era un problema incluso en la Edad Media. En 1377, Catalina de Siena escribió:
“Y entonces nuestro corazón despierta … en busca de cómo debemos mejor usar nuestro tiempo. Para nosotros parece que el tiempo no es suficiente … En nuestra preocupación [en el alma] quitamos el tiempo que correponde a nosotros mismos, es decir, el que podíamos tener para nuestra propia comodidad, cualquier comodidad nueva o vieja – y le damos ese tiempo a nuestro vecinos” (Noffke, 2001, página-653).
Hay tantas cosas que me gustaría hacer con mi tiempo – pasatiempos a los que me gustaría dedicar, libros que quisiera leer, lugares que me gustaría ir, conciertos a los que me gustaría asistir, amigos que quisiera visitar, juegos que me gustaría jugar, clases que quisiera tomar – y tengo el derecho de disfrutar todas estas cosas para mi “comodidad”. Sin embargo me he negado a todas estas cosas para poder dar el regalo del tiempo a mis hijos.
¿Por qué haría ésto? ¿Por qué no dedicar tiempo para mi mismo? Sólo hay una fuerza que me impulsa hacerlo: el amor. Mason explica cómo funciona el amor. Ella cita un poema de William Wordsworth:
“Tu amor ha sido, no hace mucho tiempo, Una fuente para la puerta de mi afectuoso corazón, Cuya única labor era fluir; Y si que fluyó; sin considerar su propia generosidad, o mi necesidad” (poema: “Una Queja” (Mason, Vol. 5, página 203).
El único negocio del amor es fluir. El amor nunca se agota. El amor nunca se consume. Como Charlotte Mason escribió, “el amor crece, no por lo que obtiene, sino por lo que dá” (Mason, Vol. 5, página 205).
En enero de 2008, Michele Quigley escribió en su blog que el mes de febrero es notorio por el agotamiento. Ella lo describe así :
“Cuando siento el estrés y el desafío en estos días tiendo a autoexaminarme. No espiritualmente, sino de forma egoísta. Quiero hibernar, relajarme, hacer algo por mí. Pero algo divertido sucede en mi casa cuando empiezo a centrarme demasiado en mí misma; todos los demás comienzan a centrarse también en sí mismos.” – (Quigley, 2008)
Entonces ella describe cómo en la iglesia su niña pequeño estaba irritable. Michele dejó de pensar en si misma y se centró en las necesidades de su hija. Y finalmente sintió paz. Ella recordó lo que Jesús dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”(Mateo 16: 24-25, RV1960). Su blog continua,
“se trata de amor. Es acerca de seguir el ejemplo del Señor y entregar nuestras vidas. Se trata de quemar lo que no es de Dios, que corremos hacia Él, cuando corremos hacia otros y lejos de nosotros mismos” (Quigley, 2008).
Ella escribe que nosotros mantenemos esa llama, no la extinguimos.
Nada de esto realmente tiene sentido – privarse de tiempo para uno mismo, dando sin límites, enfocándose totalmente en otros. Michelle concluye su artículo:
“Sí, yo sé … esto es contrario a lo que el mundo me diría. El mundo me diría que necesito encontrarme a mi misma y sentirme realizada. Pero no necesito encontrarme a mi misma, sé exactamente quién soy y qué me satisface. El mundo no tiene ni idea. Pero gracias a Dios, Yo sí “(Quigley, 2008).
Y espero que tú también
Referencias
Libro de Oración Común (1662). Recuperado desde http://justus.anglican.org/resources/bc</a>p/1662/baskerville.htm
Primera traducción del Original http://justus.anglican.org/resources/bcp/Spanish1662/Spanish1662.pdf
Libro de Oración común traducido por la comunidad anglicana en Chile:http://justus.anglican.org/resources/bcp/Chile/intro.html
Mason, Volumen 2. Padres e hijos: El rol del padre en la educación de los niños. Charlotte Mason Investigación y Suministro. (Trabajo original publicado 1896)
Mason, Volumen 5. Formación del Carácter: Dando forma a la personalidad del niño. Charlotte Mason Investigación y suministro. (Trabajo original publicado 1905)
Mason, Volumen 6. Una filosofía de Educación: Curiosidad – el camino hacia el aprendizaje creativo. Charlotte Mason Investigación y Suministro. (Trabajo original publicado 1925)
Mason, Volumen 3. Educación escolar: Desarrollando un plan de estudios. Chartotte Mason Investigación y suministro. (Trabajo original publicado 1905)
Merriam-Webster (1981). Nuevo Diccionario Webster, 150 Edición de Aniversario. G. & C. Merriam Co.
Noffke, Suzanne (2001). Cartas de Catalina de Siena: Volumen II. Centro de Estudios Medievales y del Renacimiento del estado de Arizona Estados Unidos.
Quigley, Michele (2008). Manteniendo viva la llama, No extinguiéndola. Recuperado de http://web.archive.org/web/20110907164838/http:family-centered.com/home/burning-up-not-out.